La respiración es considerada por muchas ciencias y religiones orientales como una fuente de vida y energía contribuyendo a un mejor estado de salud y bienestar emocional y espiritual. Educar la respiración y disfrutar de ella es toda una disciplina para sentirnos bien, y si además el aire que respiras contiene los principios activos de tus aceites esenciales favoritos, tenemos un momento mágico de paz y armonía.
¡Tu bienestar está en el aire… no lo descuides!
Pocas veces nos paramos a pensar en el momento de respirar. La respiración ese proceso tan natural, automático y necesario que permite la respiración celular, el desarrollo, el funcionamiento de nuestro organismo y que desde que nacemos lo realizamos de forma voluntaria e involuntaria. Cerca de 20 veces por minuto, es decir, casi 30.000 veces al cabo de un día y más de 10 millones de veces en un año… ¡casi nada!
Aceites Esenciales

Así que merece la pena pensar cómo es el aire que respiramos. Por eso desde este espacio os hablaremos de cómo enriquecer este proceso con la utilización de los difusores y humidificadores con sus maravillosos aceites esenciales puros, que mejorarán el aire que respiramos y nos aportarán tantos beneficios.
En el trabajo, en casa o incluso cuando dormimos que también nuestro sistema respiratorio trabaja sin descanso, en cualquier momento vamos poder disfrutarlos.
Existen ciertas recomendaciones generales para un buen ambiente, como son  que ventilemos y que consigamos unos 20-21 grados en el lugar donde nos encontremos (trabajo, hogar…). Mantener un nivel de humedad adecuado en el ambiente es importante siempre. Los aires acondicionados en verano, o las calefacciones en invierno, hacen que la humedad varíe, estando por debajo de lo recomendable.
Todo esto no llega a ser un problema si la exposición al ambiente seco es puntual, pero si de forma habitual supera las 8 horas puede llegar a afectar a nuestra salud provocando que:
  • La piel se nos seca. Muchas personas sufren de piel seca, irritaciones o eczema (o pensemos en la piel de los bebes que se deshidrata tan fácilmente) sin ni siquiera tener un problema concreto en la piel.
Algunos le llaman “irritación de invierno” y ocurre habitualmente cuando nuestra piel se agrieta, pica e incluso puede sangrar un poco, debido dicha sequedad del ambiente.
Si la piel está agrietada aumenta la posibilidad de contraer infecciones, puesto que la piel sana es una barrera que los virus tienen que superar para entrar en nuestro organismo.
  • Que nuestras mucosas y vías respiratorias se irritan perdiendo su capacidad como barreras naturales.
Nuestras mucosas son barreras de protección naturales que se encargan de la protección frente a microorganismos patógenos.
En un ambiente seco, pierden efectividad aumentando nuestro riesgo de contraer catarrosgripe u otras infecciones. Existen estudios que demuestran que el virus de la gripe es más resistente y se propaga más fácilmente cuando el nivel de humedad es bajo. Todo esto es especialmente importante en el caso de bebés y niños ya que su sistema inmunológico es inmaduro y todavía está en desarrollo.
Así mismo se ha demostrado que la congestión nasal en parte está relacionada con la temperatura y la humedad del aire que respiramos.
  • Nuestros ojos se secan y nos pican más por esa menor humedad. La baja humedad provoca la evaporación de los fluidos naturales de nuestros ojos (incluyendo las lágrimas). Ello puede cambiar el equilibrio de humedad que consigue que tus ojos se mantengan en un estado óptimo de confort.
La mejor solución contra ambientes secos, consiste en incrementar su humedad con un humidificador / difusor, y si a este además le puedes agregar aceites esenciales en busca de sus principios activos, mejor que mejor. ¡Entra ahora en nuestra sección especial de difusores y encuentra el tuyo!
Fuente del blog: essenciales.com

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